La isla feliz ofrece actividades
deportivas, muy buena comida y playas tranquilas ideales para relajarse
Aruba es una isla caribeña con
profundas raíces holandesas. Hasta este punto, situado a solo 20 kilómetros de
las costas venezolanas, llegan cada año casi 800.000 turistas extranjeros.
La cifra puede parecer pequeña,
pero es muy significativa si se tiene en cuenta que aquí apenas viven 120.000
personas. Por eso esta isla de 184 kilómetros cuadrados, que desde hace años se
promociona como One Happy Island (una isla feliz) permanece llena de
visitantes.
Los arubeños hablan cuatro
idiomas: holandés y papiamento, que son las lenguas oficiales; pero también
español e inglés. Los extranjeros han comenzado a descubrir que Aruba no solo
se va a asolearse y ver barcos hundidos, haciendo esnórquel.
Estar en Aruba significa tomar
sol y comer. Esta vez, el almuerzo me espera en el restaurante Ventanas, del
resort Tierra del Sol, donde el solo postre de flan de caramelo, helado de
vainilla y chocolate hace que haya valido la pena levantarse.
Como plan de ultima hora esta la
comida típica de The Old Fisherman, en Oranjestad. En este lugar de pam bati,
una especie de torta dulce de maíz, es el acompañamiento perfecto para platos
frescos como el pescado, no muy condimentado y muy fresco. Un final suave y
sencillo para conocer otra faceta de una isla conocida.
"Periódico ADN, Jueves 12 de
Septiembre de 2013"